me explicaron que es como que la máquina enseña al cuerpo a corregir las longitudes de onda que están incorrectas por la enfermedad (o algo así)
La enfermedad altera las "longitudes de onda", efectivamente. O algo así.
En esta frase que te dijeron se puede resumir qué clase de ignorantes con carrera atienden en esa acreditada Clínica de Medicina Integrativa.
Efectivamente, un órgano enfermo emite una radiación diferente a uno sano, claro que, enunciado correctamente, se diría que lo que está alterado es
la frecuencia y no la longitud de onda, aunque sean parámetros inversamente relacionados que miden una característica propia de cualquier proceso mecánico ondulatorio, llamada
oscilación, de ahí su nombre.
Pero lo que te dicen esta clase de "médicos" es que el órgano
vibra (y que, por este motivo, puede
resonar).
Nada de eso es cierto. El órgano no vibra, de la misma manera que no vibra el sol para emitir la energía que lanza al espacio, ni vibra una resistencia para emitir infrarrojos.
Cuando un
cuerpo, -cuerpo en el sentido que la Física da al término-, vibra, emite sonido. Pero la radiación proviene de la actividad de las partículas subatómicas, no, propiamente, del cuerpo que las emite.
Es decir, un órgano no vibra ni resuena, a excepción de las cuerdas vocales, que tienen específicamente esa función. Sí que emite radiación, en forma de calor, debido a las reacciones bioquímicas de oxidación-reducción que tienen lugar en sus células. Como el resultado neto de ambos procesos es favorable el más exotérmico,
la oxidación, el órgano emite radiación infrarroja, que puede medirse y nosotros identificamos como calor (ésta es la
energía curativa que se nota en la imposición de manos: el calor de las manos del curandero). Si el órgano malfunciona, suele emitir más calor en forma de energía radiante infrarroja. De esto se vale una técnica útil para investigación y diagnóstico llamada termografía.
IGmad, hay poca diferencia básica entre un electricista, un químico y un médico.
Entiéndeme: un médico actúa a mucho más bajo nivel y debe conocer los conceptos que maneja de forma mucho más acotada que un electricista o un químico. Y ahí está la trampa, que la mayoría de personas desconocemos los principios que rigen la electricidad, aún más, la química, y necesitamos la ayuda de profesionales. Pero si un electricista pretende saltarse las leyes físicas, el efecto se detecta rápidamente.
Si un electricista pasa por alto las leyes físicas que gobiernan la corriente alterna (¡qué complicado es usar magnitudes vectoriales en vez de escalares, joder!) y se pone a tratar un motor de inducción alimentado por corriente alterna como un ente vibratorio que funciona mediante
oscilaciones etéreas, difícilmente le va a sacar todo el renduimiento; en el peor caso puede acabar quemando los conductores que lo alimentan, o descompensando una línea entera de suministro. Cosa que a veces sucede, pero se detecta rápidamente.
Del mismo modo, un químico no puede inventarse ni reinterpretar parámetros a su aire, debe saber que no es lo mismo calor que temperatura, tiene que conocer los diferentes sistemas de medidas y saber utilizarlos, o de lo contrario, perderá el trabajo, perderá dinero, o incluso puede poner en peligro su vida y la de sus compañeros o empleados.
Sin embargo un médico, ya sea licenciado, o uno de los muchos sucedáneos que pululan como tales, puede permitirse el lujo de confundir ignorancia con imbecilidad y tomar a sus pacientes por homogéneamente imbéciles; y al final, generalizando, es lo que estamos demostrando ser: ignorantes que nos negamos a aprender de los errores, lo que nos convierte en imbéciles.
En vez de ponerse un gorrito de punta hoy invierte en una variedad de aparatitos que pitan, y con verborrea pseudocientífica, te conecta unos electrodos y te dice que te va a recomponer la energía.
Y como es mucho más complejo y difuso medir la eficacia de un tratamiento médico, que medir la torsión en el eje de un motor eléctrico, o el peso de los productos finales de una reacción química, eso les permite seguir viviendo del engaño.
Bueno, eso por un lado. Porque también nosotros les ayudamos en su tarea; nos ponemos en guardia cuando alguien nos advierte del engaño con palabras técnicas, pero le ofrecemos las nalgas si nos habla de
energías, vibraciones, resonancias, armonía vital, sobre todo si, al mismo tiempo, nos señala como causa de nuestra desgracia al mafioso que desarrolla y vende medicamentos y técnicas que, mal que bien, y siempre susceptibles de mejora, han ayudado a conservar la salud y mejorar las condiciones de vida de millones de nuestros vecinos, y en última instancia, han permitido que muchos de nosotros hayamos superado vivos la infancia.
Pero no pasa nada, gracias al activismo vamos cada día mejor, gracias a internet, lo que hace quince años uno tenía que buscar esforzadamente haciendo caso a sus amigos o familia, hoy nos lo ofrecen cómodamente asociaciones y activistas. No nos va tan mal.