He encabezado el tema con esta frase odiosa, odiosa para mí, porque siempre que la leo sé que debajo voy a encontrar un enlace, o diez o quince, como diciendo:
mira, chico, no estoy de acuerdo contigo, y mis argumentos son estos: copia/pega, y tómate tú el esfuerzo de leerlo, de entenderlo, y de analizar por qué me apoyo en esta argumentación.
O sea, un a manera rápida de decir: no me da la gana de discutir contigo, porque yo lo tengo muy claro.
Pues bueno, hoy voy a ser yo el vago, el haragán y el odioso adversario en la discusión:
http://elpais.com/elpais/2014/09/23/opi ... 81384.html
Que cada cual saque sus conclusiones
Que cada cual saque sus conclusiones
Nuestras vidas se consumen, el cerebro se destruye
nuestros cuerpos caen rendidos como una maldición
Eskorbuto, 1986nuestros cuerpos caen rendidos como una maldición
Re: Que cada cual saque sus conclusiones
Y te sorprende?
Besos
Besos
Re: Que cada cual saque sus conclusiones
No cacoya, qué me va a sorprender. Me aterroriza.
No me sorprende porque llevo leyéndolo de forma dispersa en mil mensajes de los blogs de divulgación que sigo.
Lo que me aterroriza es que, siendo como es, algo normal en investigación privada, que evidentemente, se rige por optiizar recursos, se esté aplicando en lo que debería estar, digamos, protegido, por ser de interés público. Y quizá, sin punto de retorno, si es cierto lo que advierten sobre el desamantelamiento, por falta de renovación, de centros como el CSIC, en España.
No me sorprende porque llevo leyéndolo de forma dispersa en mil mensajes de los blogs de divulgación que sigo.
Lo que me aterroriza es que, siendo como es, algo normal en investigación privada, que evidentemente, se rige por optiizar recursos, se esté aplicando en lo que debería estar, digamos, protegido, por ser de interés público. Y quizá, sin punto de retorno, si es cierto lo que advierten sobre el desamantelamiento, por falta de renovación, de centros como el CSIC, en España.
Nuestras vidas se consumen, el cerebro se destruye
nuestros cuerpos caen rendidos como una maldición
Eskorbuto, 1986nuestros cuerpos caen rendidos como una maldición