holapollo escribió:Esteban, yo he escrito por ahí en alguna ocasión que he sentido lo mismo que tú.
Supongo que leyendo lo que escribo parece que esté lleno de vitalidad, y sí, en comparación con como he estado, no estoy tan mal; y pasar de estar en la cama o dormitando (o trabajando "colgando de una percha" para no caerme, o forzándome a echar unas risas con los amigos, o volviendo a casa a los pocos minutos de haber salido con la intención de pasar un día o dos andando por el monte, que es mi afición favorita) digo, pasar de eso a poder estar de pie casi todos los días es una buena razón para aparcar las malas ideaciones.
No te podría dar más motivos que los que ya te han dicho los compañeros.
Sin mensajes del rollo "la vida es bella, no la abandones", intenta pensar en que casi todos hemos tenido temporadas malísimas y remisiones.
Hace 20 años no se sabía nada, y había que volver a casa con la viga en la espalda, visita tras visita médica.
Hoy, no es que haya solución, pero vaya... hay esperanza, hay información, que yo creo que es lo que marca la diferencia.
Puedes hablar con la gente, enterarte de progresos, dudas...
Siendo un poco más cálido... yo me aferro a la frase de Sergio: "recordar cómo era cuando estaba sano"
Leyéndola se me han erizado los pelos, igual como cuando en alguna ocasión, veía un paisaje desde lo alto de alguna cima, tras una mañana de andar cuesta arriba, o cuando escuchaba alguna canción de esas que te levantan como si te agarrasen de todas y cada una de tus células... eso es sentirse vivo, y esa esperanza está más cerca hoy que años atrás.
Plantar fuerte, Esteban.
Que si salimos de ésta no habrá quien nos tosa. Con la mirada detendremos a los marrulleros.
Pues sí; en aparciencia se te ve con energía. Al menos la tienes en la cabeza y en la palabra.
Ya ves...como he dicho, casi prefiero no recordar cómo era cuando estaba sano...
Sois muy positivos, está claro. Porque yo pienso que si salimos de esta, los años perdidos no nos los devolverá nadie. En fin...se ve que no tengo cura,jeje...Tú sí que volverás al monte!
Un abrazo