Fingí gran interés y le hice un interrogatorio ligero para que me dijese de dónde había sacado una información tan interesante. Le dije que yo ya no creo en la maravillosidad intrínseca de nada, menos aún si es natural, y mucho menos si es exótico,Va muy bien contra la fatiga, los virus y las infecciones, así que para tí te irá muy bien
Como era previsible, me contestó "he leído en Internet que..." "cura varias enfermedades como el cáncer y la de las garrapatas" "tiene antibióticos naturales" y "lo usaban los rusos"; esto último me lo señaló porque yo, en mi ignorancia le dije que era otro más de los remedios orientales. No tuve ganas de explicarle que Rusia tiene más de la mitad de su territorio al Este de los Urales, y que éste, por tanto puede considerarse "oriental".
También se me pasó por la cabeza decirle que hasta hace unos sesenta años se usaba como remedio la orina del ganado, como las vacas y las cabras, que hay indicios de que también tienen "antibióticos naturales", y que todo ello "se usaba en España" hasta hace pocas décadas en las zonas rurales.
Como el hombre lo hacía con la mejor intención, y siendo la hora del café, no quise estropearle la digestión y le di las gracias prometiéndole que lo probaría.
Así que he buscado informacion en Internet sobre el té Kombucha, por detrás del muro de páginas promocionales, y lo que he encontrado me aconseja que deberíamos ser prudentes con su utilización si tenemos SFC-EM o SQM.
Que ayude a curar o prevenir los tumores cancerígenos, ni lo he querido mirar, porque está claro que es una afirmación gratuita, simplemente está de moda.
Por un lado se aconseja que en su preparación deben usarse recipientes de vidrio incoloro o porcelana, porque al ser una bebida fermentada, similar al kéfir, el uso de materiales no inertes, como plásticos, cerámica vidriada o metal puede hacer que pasen al líquido sustancias tóxicas, incluso iones metálicos en el caso de algunos vidriados cerámicos.
También se recalca que el pH del té Kombucha puede llegar a ser muy bajo, casi tanto como el del zumo de limón. Puede, por tanto, atacar el esmalte dental si se consume regularmente en grandes cantidades, como se aconseja en muchos sitios. Todo ello es razonable.
Pero hay otros puntos a tener en cuenta que no se suelen señalar.
En primer lugar, parte del contenido del té Kombucha consiste en alcohol. Su cantidad varía dependiendo de la "madre" y del té que se utilice, pero en cualquier caso, hay que tenerlo en cuenta. A muchos de nosotros, cantidades ínfimas de alcohol nos afectan de forma negativa. A mí, por ejemplo, que fui capaz de detectar
que las primeras cervezas "sin alcohol", en realidad contenían algo de alcohol residual.
El té Kombucha parece contener efectivamente, sustancias que inhiben el crecimiento bacteriano.
Esto no es nada extraño, tratándose del producto de varios hongos, emparentados con los que producen los antibióticos comerciales. ¿Asegura esto que consumirlo nos vaya a librar de nuestras infecciones?
La sustancia antibiótica del té Kombucha es el ácido úsnico. Además de encontrarse en este té, se encuentra en varios líquenes, entre ellos Usnea barbata, que se ha utilizado también como un antibiótico tradicional. Es el conocido liquen que forma a modo de barbas en la corteza de los árbles de climas fríos y húmedos. En la península se encuentra en los bosques de las montañas subalpinas.
Este ácido puede combatir eficazmente infecciones, pero en el caso de borrelliosis, parece que su eficacia es tan limitada como la de los antibióticos de síntesis mas comunes.
Quizá pueda tener alguna utilidad a nivel de la flora intestinal. Pero no he encontrado ninguna evidencia de que actúe sobre una microbiota alterada de forma inequívocamente beneficiosa.
Además, si se usa de forma continuada en bajas dosis, más que combatir las bacterias puede inducir resistencias, y el mayor riesgo para nosotros estriba en que interfiere en la respiración celular. Del mismo modo que lo hacen medicamentos como los antidepresivos.
Otro de sus supuestos beneficios, el de la detoxificación, puede ser contraproducente, tal como se advierte con otros remedios similares: de poco sirve tratar de limpiar las sustancias tóxicas si las vías para neutralizarlas no funcionan bien.
Y hay casos reportados de daño hepático, en ocasiones grave, incluso letal, por el uso continuado de té Kombucha, en su mayoría personas que lo utilizaban como remedio conta la obesidad. Éste fue el primer uso con el que se promocionaba, y a partir del cual se estudiaron sus efectos secundariuos y contraindicaciones.
Finalmente hay otro riesgo, en realidad, no debido al propio té, sino a su manipulación: la colonia o "madre"
puede contaminarse con otros hongos distintos a los originales, y entre ellos pueden encontrarse algunos tan peligrosos como Aspergillus flavus, uno de los que producen las temibles aflatoxinas. Éstas son hepatotóxicas y además carcinógenas. Se puede evitar la contaminación con una manipulación correcta, pero si éstra se produce, no siempre se puede detectar.
Otras especies de Penicillium y Aspergillum no son tan peligrosas, pero sus esporas tampoco son inocuas.
Este peligro lo distancia de otros productos como el kéfir, que nunca son afectados por estos hongos.
Espero que esta información sea útil.