El compromiso de Sanidad en torno a la SQM
Publicado por Miguel Jara el 18 de Enero de 2010
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El programa Carne Cruda del pasado viernes no decepcionó. Como les anunciaba, el director del mismo, Javier Gallego, decidió dedicar su espacio en exclusiva a la Sensibilidad Química Múltiple (SQM). Ya lo había hecho un par de meses atrás, lo que denota un compromiso con los enfermos de esta patología emergente y con la necesidad de alertar a la ciudadanía sobre la consecuencias de vivir en entornos tan sintéticos y contaminados como en los que vivimos. Es de agradecer ese compromiso del periodista que además fue quien en directo requirió al secretario general de Sanidad del Ministerio, José Martínez Olmos, que también se comprometiera con esta causa de algún modo concreto. Éste pudo haberse escaqueado dialéticamente, que es lo que suelen hacer los políticos cuando les pones en apuros, pero se destapó con el compromiso de reunirse con las asociaciones de afectados e incluso puso una fecha razonable que, según él, sería entre diez y veinte días.
Estuvo muy bien David Palma, marido de Eva No Fun -afectada por la SQM en grado severo debido a una intolerancia alimentaria que la tiene postrada- al ser escéptico en público con las palabras del que pasa por ser una mano derecha de la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez. David aceptó el compromiso que Olmos estaba haciendo a todo el colectivo de afectados en directo pero le matizó que la reunión debía tener unos contenidos fijados de antemano porque si no se corría el riesgo de no llegar a conclusiones provechosas. Los temores de David no son infundados por eso yo le recordé al alto responsable del Ministerio que van a tener que hacer un sobresfuerzo por entender este síndrome y a los enfermos pues de momento, por lo que demuestra el Ministerio, están muy verdes, vaya, que apenas tienen base sobre el conocimiento de la enfermedad y sus causas. Sin ir más lejos, hace no mucho las asociaciones de SQM se pusieron en contacto por carta con la ministra de Sanidad para expresarle sus preocupaciones. Trinidad Jiménez, les contestó pero aludía a la SQM como una de las “enfermedades raras”. Debí recordarle esto a Olmos porque las enfermedades raras son las que afectan a una de cada 2.000 personas y por los datos que tenemos de la experiencia clínica de los doctores Nogué y Fernández-Solá, del Hospital Clinic de Barcelona, el SQM afecta en España en algún grado, aunque sea mínimo, al menos a 300.000 y la cifra puede quedarse corta. También le expuse a Olmos la carencia y por lo tanto urgente necesidad de hacer en España un gran estudio epidemiológico para conocer con la mayor exactitud el grado de prevalencia del SQM en nuestro país. Me consta que hay científicos dispuestos a hacerlo pero el presupuesto no existe.
Otro aspecto preocupante del discurso de Martínez Olmos fue su reiterada intención de promover el no consenso científico sobre la existencia de la SQM. Como David, el inmunólogo Pablo Arnold -quizá el médico con más experiencia en nuestro país en el diagnóstico y tratamiento de la SQM- y yo mismo le afirmamos con rotunidad, no hay polémica sobre la existencia o no de la SQM (más allá de la que promocionen ciertos lobbies por interés propio): Existe suficiente evidencia científica hoy que garantiza la existencia, por desgracia, de este síndrome. Incluso como contesté al locutor cuando me lo preguntó, no olvidemos que las alrededor de 104.000 sustancias químicas tóxicas liberadas en el medio ambiente por la industria química con las que hoy todos convivimos son responsables de muchas más patologías infra o mal diagnosticadas como asma, Alzheimer, intolerancias alimentarias, hiperactividad o diversos tipos de cáncer.
El director general de Sanidad aludía en Carne cruda constantemente a la falta de formación de los médicos en la actualidad para trabajar sobre la SQM. Es cierto pero eso es relativamente fácil de arreglar para el Ministerio: primero, ofreciendo a lo médicos formación exclusiva sobre el síndrome, sus causas y consecuencias. Segundo, consiguiendo que a medio plazo en las facultades de Medicina existan asignaturas específicas sobre Salud ambiental en las que deben enseñarse las enfermedades emergentes y todo lo que las rodea.
Pero nunca mejoraremos de manera significativa si no comprendemos que es el actual modelo económico de libre mercado de sustancias químicas tóxicas el que está fracasando. Una sociedad en la que tantas personas enferman por el simple hecho de vivir en ella es una sociedad fracasada. No puede escapársenos que vivimos en una sociedad sucia y que es necesario un cambio de modelo hacia una sociedad limpia desde el punto de vista ecológico. Esto no podrá resolverlo por sí solo el Ministerio de Sanidad por muchas ganas que le eche (si se las echa, que está por ver). Necesitará interrelacionar con todos los ministerios. Habrá de ser una cuestión de Estado. De ahí que yo al principio del programa fuera muy escéptico y recordara que tenemos un ministerio de Ciencia y Tecnología, una de las carteras punteras del actual modelo y que debería ser puntero en el cambio de modelo, regido por una ministra, Cristina Garmendia, que viene de tener su empresa de biotecnología y de ser la cabeza visible del mayor lobby de la industria biotecnológica (que es como decir la química y farmacéutica) de España, ASEBIO.
La puerta del Ministerio de Sanidad está abierta para el colectivo de afectados por SQM. es una buena oportunidad que no han de desaprovechar, tómenselo como un medio no como un fin. Su lucha solidaria con el resto de la población -solidaridad que ha quedado demostrada, entre otras cosas, al anunciar a la ciudadanía que lo que a los enfermos de SQM les ocurre puede sucederle a cualquiera- va a ser larga, muy larga. Un primer paso que me parece indispensable es buscar la unión de la mayor parte posible de asociaciones que trabajan en torno al impacto de la SQM en las personas, de sus enfermedades “asociadas” como el Síndrome de Fatiga Crónica o la fibromialgia, e incluso de otras organizaciones ecologistas, por ejemplo, relacionadas con los impacto ambientales y social de los productos químicos tóxicos o comprometidas con la salud pública. Quizá no haya tiempo antes de la fecha que se concrete con el Ministerio para celebrar esa primera reunión pero este ha de ser uno de los objetivos básicos; la unión hace la fuerza y si el colectivo se presenta disperso será barrido por la realidad dictada al ritmo que marca la agenda de ciertos sectores industriales muy poderosos, tanto que poseen ministros para garantizar que son sus agendas las que se utilizan.
Quienes quieran escuchar el programa de Carne cruda completo lo tienen aquí. En unos días en el podcast del espacio de RNE3.
Más info: El libro La salud que viene. Nuevas enfermedades y el marketing del miedo (Península, 2009), está constituido por dos bloques, el primero de los cuales se titula Hipersensibles. Los centinelas de la vida, sobre las enfermedades emergentes, entre ellas SQM, SFC y fibromialgia.